Hoy llegué a la casa, me puse un buzo, y salí al patio. Me senté en el suelo a mirar las estrellas mientras le rascaba la guatita a mi revoltosa cocker.
Era lo que solía hacer todas las noches antes de que olvidara cuál era mi centro.
Fue un bonito reencuentro.
El tren de la vida
Hace 4 años