Fui a buscar a mi mamá al aeropuerto... y en el camino miraba la cantidad de autos que van para todos lados. Pensé en los aviones que llevan a los turistas a conocer el mundo, a los empresarios a hacer negocios, a las superestrellas a buscar privacidad...
En cuánto se demoraba una persona hace dos mil años en llegar a la ciudad vecina a saludar a un familiar o llevar noticias.
Tanto que viajamos y no llegamos a ninguna parte. La humanidad está exactamente en el mismo lugar.
Somos los mismos hombres arcaicos, esta vez con aviones y teléfonos celulares. Recorremos el mundo y la historia, y no hemos aprendido nada. Seguimos igualmente desorientados, desdichados, buscando un sentido que jamás se digna a aparecer.
Somos iguales... aunque la mona se vista de seda, mona se queda.
El plan de Alonso
Hace 5 años
que mistico tu texto...
ResponderEliminarsomos hombres arcaaaaicos jaja.
Perdón. Tienes razón, viajamos, pero no vamos a ninguna parte, pero creo que a pesar de eso, sigue teniendo sentido viajar, aunque sea por la ilusión de sentir que estamos llegando a alguna parte.