domingo, 30 de mayo de 2010

Entrometida!

¡¡Qué desagradable!!

Cada vez que viene el pololo de mi hermana a quedarse a la casa me dan ganas de encerrarme en mi pieza y de que todo el mundo se olvide de que existo para que no me hagan salir. Es que el wn es como una vieja culiá pero en hombre.

Y él siempre tiene la amable costumbre de saludarme con un grito "HOLA, AURORA!!" cuando pasa por afuera de mi puerta cerrada. Bueno, supongo que él no tiene la culpa de no darse cuenta de que la hostilidad es justamente por su presencia.

Hoy día él aliñó la ensalada que se iba a comer mi hermana, porque ella le pone demasiada sal, y para controlar la cantidad de sal que ella come, él mismo la echó en el plato para asegurarse. Le puso como un cuarto de la sal que nosotras usamos normalmente. Claro, como ella lo quiere mucho no le dice nada, se guarda el mal rato, solo le mencionó que era el plato más desabrido de su vida cuando se lo terminó.
Frente a su respuesta, él le responde "cómo no iba a tener sabor, si le puse harta sal!!! esa cantidad que yo le puse es harto, uno no debe comer más que eso. Sí tenía sabor!!" (claro, como si él la hubiera probado).

Como yo no lo quiero tanto, no tengo ningún problema en mandarlo a la mierda:
"Déjala comer tranquila, es su ensalada, no la tuya!!! Si a ti no te gusta la sal, en tu plato no pongas sal. Ella ya es adulta, puede elegir qué comer y qué no!!"

No me dijo nada...

Igual yo entiendo que es su forma de quererla, de cuidarla, me imagino. Solo me parece un poco patológica su necesidad de control.

Soy una mala persona... tal vez por eso estoy sola... ¡jajajjaja! No me aguantarían.

Al menos sirvió para que a mi hermana se le quitara la cara de desagrado y volviera a su estado normal. Si me peleo yo con él, tal vez evito que ellos peleen, así que en verdad les hice un favor.

Sí, Aurora... sigue convenciéndote de que está bien meterse en las conversaciones ajenas.

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